En un intento de volver las manos hacia a la tierra, esta muestra, a través de sus obras y objetos, nos invita a re-pensar la historia y el vínculo que tenemos con el medio ambiente, explorando la incómoda relación que existe entre la producción agroindustrial -la cual se nos ofrece hoy en día como única opción para la obtención de alimento- y su implicancia en el suelo y la vida. Nuestra región pampeana fue cambiando a lo largo de una historia llena de complejidades. Sobre ella ha corrido mucha sangre en el intento de exterminio a las comunidades originarias a fines del siglo XIX. No solo se distorsionó esa parte de la historia, sino que, hace casi sesenta años, se modificó su suelo en pos de un sistema extractivista que utiliza, enferma y descarta la tierra, obligándonos a ser parte de ese paisaje que hoy nos contamina. Mirando el tiempo hacia atrás: imaginemos por un momento lo hermoso que habría sido poder presenciar el infinito horizonte pampeano y trabajar la tierra teniendo contacto con la belleza y crudeza de la naturaleza. Lamentablemente, ese paisaje ha sido alterado con la llegada de la colonia europea y el posterior modelo extractivista instalado en Latinoamérica, basado en una forma de producción que nos aleja cada vez más de la posibilidad de crear nuestro propio sustento sin padecer sus secuelas. Como el pequeño brote de una planta nativa que se resiste a ser desplazada de su hábitat por la invasión de especies foráneas introducidas a la fuerza, proponemos re-pensarnos como habitantes de este territorio e intentar llevar adelante nuevas formas de agricultura que nos ayuden a re-vincularnos con el medio ambiente de una manera más equilibrada. ¿Será posible lograr una simbiosis respetuosa entre la tierra y nosotrxs? Quizás, todavía estemos a tiempo.